"¿Martina?
Martina somos todos.
Cuando empecé a leer el libro pensé que salvo en la miopía esa adolescente desgarbada, pelirroja, pálida y torpe no tenía nada que ver con mi yo de 13 años, bueno con respecto a lo de torpe...


Pero me equivoqué ¡y cuán
to!. No sólo vi mi adolescencia pasar ante mis ojos a medida que leía sino que además vi incluso un poco de mi yo actual reflejado en las páginas.
Y por eso me encanta el mensaje. Ríe. Ríete de ti misma. Y cuando hayas aprendido a hacerlo te darás cuenta que todas tus preocupaciones habrán perdido la importancia que nunca tuvieron. Ojalá lo hubiese aprendido tan rápido como ella.
Martina ya es un poco mía. Se la he robado a la autora, pero, al fin y al cabo ella se lo ha buscado."



Lucía Andrade




"En lo que respecta al argumento decir que es sencillo, con la dificultad inherente a que su sencillez podría haberlo hecho insípido, pero no es el caso ya que mantiene el interés hasta el final a pesar de que, algunas veces hace que el lector adivine momentos.
Me parece una pasada el análisis psicológico de los protagonistas. Los vas conociendo día a día y descubriendo matices que en ningún momento se contradicen sino que van reafirmando una personalidad muy creible y muy definida.


Las situaciones que se van desarrollando son casi reales. Hasta es posible que exista esa Martina con sus pecas. El hilar esas situaciones sin cansar al lector y elegir esa forma de presentarlas como un blog me parece una muy buena idea. A veces, en las dos horas que me ha durado el libro, creí que estaba leyendo algo real, unas ideas salidas de una mente adolescente que cuenta para si su propia vida, pero sabiendo que va a ser leída. Quizá por eso, porque la protagonista sabe que va a ser leída es más complicado hacer una dinámica que nos lleve sin sobresaltos de aventura en aventura a través de unos años para muchos ya olvidados (es un decir, los catorce no se olvidan nunca) y sin que se resienta la historia a pesar de los años del lector.


Me ha parecido una historia fresca, juvenil, tierna (hay mucha ternura en tus ideas, Martina) y sincera... muy sincera. No sé hasta que punto las minihistorias que se cuentan en este libro son autobiográficas. Supongo que más de una si lo es... pero aún así, me parece un ejercicio de elegancia narrativa, sin adornos superfluos, que va al grano directamente. Quizá en ello contribuya la formación periodística de la autora...
Vamos, que me he enamorado de Martina."

Alberto de Quintana




Martina es uno de esos personajes que, por su naturaleza, nos hacen dudar sobre si realmente existieron alguna vez en nuestro mundo. Porque las cosas que le ocurren son tan auténticas como la vida misma. Cualquiera que haya tenido una adolescencia medianamente normal se sentirá identificado con la mayoría de las escenas que relata esta divertida novela.

Y eso es lo más maravilloso del relato, tiene ese poder raro y mágico de transportarte a días mas felices, en los que lo único que importaba eran los amoríos de media tarde y la nota de los exámenes finales, los chismes de clase y la aparición inesperada de un grano justo en la punta de la nariz. Martina llega al corazón del lector con su creíble personalidad y su torpeza natural. Se hace querer.

Es un libro que no aburre. Va trenzando con maestría eventos comunes del día a día de la pelirroja para poner en bandeja un final que, pese a no ser del todo inesperado, nos deja con una dulce sonrisa en los labios. Y con ganas de segunda parte.

R.G.Tabares




Tan torpe como natural. Es precisamente ahí donde radica el encanto de esta peculiar pelirroja gaditana. Características que ayudan al lector a empatizar con el personaje desde el primer capítulo.

Apoyada en multitud de anécdotas dispares, la autora busca probablemente construir un personaje alejado de los tradicionales arquetipos de novelas juveniles. Quizás sea este el motivo por el que Vida y obra de una pelirroja torpe no sea un libro cualquiera, sino una historia que sirva para plasmar las inquietudes de cualquier adolescente o para despertar en los mayores los recuerdos dormidos de esa entrañable etapa de la vida.

Una obra breve y cargada de pinceladas humorísticas que garantizan una lectura tan amena como gratificante.


Nazaret Medina

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